28 de junio de 2011

Capital Europea de la Cultura

Hoy se ha elegido a San Sebastián junto con Wroclaw, capitales de la cultura para el año 2016. Lo que me ha hecho pensar una vez más en el significado de dicha denominación, y si realmente se están atendiendo las verdaderas razones en la elección de las ciudades, sean cuales sean. 

Está designación poco a poco se está convirtiendo en algo parecido a lo que podemos ver en la elección de la sede de los Juegos Olímpicos. Una carrera propagandística, donde las ciudades compiten entre sí, para demostrar cual de ellas tiene el suficiente valor cultural para representar la cultura (valga la redundancia). Así comprobamos como se realizan proyectos culturales a años vista, se inauguran museos por doquier, recorridos culturales, y si no tenemos cultura, porque ya no nos queda o porque no ha perdurado, se crea. No se escatima en gastos. Todo sea por ser un lugar reconocible para el turista foráneo, por crear una conciencia del gasto en cultura, o simplemente por justificar ciertas inversiones con un carácter más bien propagandístico que real. 

En esta competición hacia la capitalidad europea de la cultura de 2016, que hemos podido ver bastante de cerca, pues estaba decidido que una de las sedes iba a ser española. Hemos podido comprobar esta carrera a la que me refería al principio. Los ayuntamientos han organizado todo un sistema propagandístico, desarrollando  programas culturales sin precedentes en algunas ciudades, con un gasto por encima de lo admisible, para muchos, poco dados a los eventos culturales. Para otros, aficionados a la vida cultural, han visto un rayo de luz en sus ciudades. Pero este no es el problema, la inversión es siempre bien recibida por parte del contribuyente, se consigan los objetivos o no, lo que importa es el fondo, al fin y al cabo es una inversión que debe quedar en la ciudad, se supone que se está creando un patrimonio y una costumbre cultural.

La idea de Capitalidad de la Cultura, como proyecto está bien definida, con unos objetivos bastante claros, pero no me queda muy claro si las ciudades que optan a dicha denominación cumplen con los requisitos necesarios para presentarse. No me refiero a bagaje cultural o vida cultural, sino a las motivaciones que hacen que dicha ciudad se presente y finalmente consiga la capitalidad. Pues en muchas ocasiones, se frivoliza con la cultura, y esta es una de ellas. Se convierte en un concurso, o competición donde en muchas ocasiones importa más la cantidad que la calidad.

Los proyectos culturales presentados y que he podido ver, de varias candidaturas españolas, son muy interesantes en su mayoría, originales y hasta divertidas. Desde la creación de barrios temáticos, hasta las aperturas de infinidad de museos y centros de interpretación, programaciones teatrales, remodelación y reciclaje de edificios, etc. Ensalzando valores culturales propios de regiones, siempre con el telón de fondo de la Unión Europea. Pero mi pregunta es: ¿Qué va a pasar con aquellos proyectos de ciudades no elegidas? No me gustaría pensar que dichos proyectos quedarán aparcados, ya se sabe, "Estamos en crisis no se puede malgastar el dinero". Pero entonces ¿Por qué el gasto que antes parecía totalmente lícito, pasa a convertirse en algo desechable?; ¿La cultura solo merece la pena cuando hay un premio de por medio?

Precisamente a esto es a lo que me refiero con la falta de compromiso, a la hora de presentar una candidatura a Capital Europea de la Cultura. A la motivación de la ciudad para presentarse. 

¿Es necesario fomentar la cultura y la interculturalidad, a través de una competición?; ¿No es mejor premiar a aquella ciudad que sin esperar nada a cambio ha promocionado la cultura en sus diferentes manifestaciones?; ¿No debería tratarse la cultura como un valor intrínseco a una sociedad o colectividad, en vez de una creación esporádica? 

La cultura debería ser algo que estuviese presente en todos los presupuestos, haya premio al final o no, la cultura no debe ser elegida, sino que se va creando, la crean las personas, solo hay que favorecer el ambiente. La cultura no es una moda, no se debe apostar por la cultura, pues debería ser un valor que estuviera activo entre nosotros. La vida cultural, la costumbre en el consumo de cultura, es algo que debería estar arraigado en cualquier sociedad. El problema como siempre, es que se le da más valor a un número que a un concepto o significado, es decir, la cultura se ha visto desprotegida, sin ayuda, sin la promoción necesaria, sin incentivar su consumo, el resultado es que ahora debemos crear en la sociedad la conciencia del concepto cultura. 

Para terminar espero que todos los proyectos, los buenos proyectos que han visto la luz como resultado de esta carrera que es la Capitalidad Europea de la Cultura, no caigan en saco roto, y podamos ir a visitar dichas ciudades elegidas y no elegidas para disfrutar de todas las iniciativas culturales que hoy por hoy están sobre el papel. Espero que adquieran forma y se puedan contemplar, tocar, sentir, en definitiva, disfrutar de la cultura, y conocer mejor todo lo que nos rodea.

Os dejo los enlaces a las diferentes candidaturas finalistas españolas:

  1. http://www.burgos2016.es/
  2. http://www.cordoba2016.es/
  3. http://www.segovia2016.es/
  4. http://www.sansebastian2016.eu/
  5. http://www.laspalmasgc2016.eu/
  6. http://www.zaragoza2016.com/zaragoza2016/portada.do

13 de junio de 2011

LOS ÍBEROS Nuestra civilización antes de Roma

La Obra Social "La Caixa" organiza una exposición itinerante llamada: "Los Íberos, Nuestra civilización antes de Roma". Actualmente se encuentra en Málaga, en la Plaza de la Marina hasta el día 22 de junio. 
Se trata de una exposición divulgativa, a base de reproducciones, algún original y diferentes elementos didácticos como dioramas, maquetas y recursos audiovisuales apoyados en las nuevas tecnologías. 
Vista exterior

En cuanto a discurso expositivo se trata de mostrar al público, los modos de vida de la civilización Íbera, un acercamiento a las creencias religiosas y los usos cotidianos. Los dioramas nos muestran reconstrucciones de un molino para el aceite, horno alfarero, y la imagen de un guerrero entre otros, recursos que sin duda atraen la atención del visitante común. En el caso de las maquetas, nos muestran, ayudadas de paneles informativos, como eran los asentamientos Íberos, a través de la reconstrucción de los principales yacimientos encontrados. Entre las reproducciones encontramos objetos de todo tipo, desde estauillas de divinidades, hasta ajuares de enterramiento, además de reconstrucciones a escala de los tipos de enterramientos o necrópolis. 
Los objetos originales utilizados responden más bien al ámbito de la orfebrería y la cerámica, desde vasijas, lámparas de aceite, o abalorios decorativos.

Las piezas sobre las que se estructura la exposición y que son los ejemplos más claros de lo que significó la civilización Íbera, son las reproducciones de la "Dama de Baza" y la "Dama de Elche" además de la imagen del guerrero, reproducciones bien conseguidas y detalladas, que son bastante útiles para hacernos una idea de la importancia de los originales, que solo se pueden visitar en el Museo Nacional Arqueológico de Madrid, y que en rara ocasión salen de dicho edificio. Por lo tanto apreciar una buena reproducción es algo importante para tener el primer contacto con la cultura Íbera.

Reproducción Dama de Elche
El mensaje expositivo aunque bien delimitado, se convierte a lo largo de la visita en un elemento caótico, difícil de seguir debido a la estructuración y la ordenación del recorrido del visitante. En el comienzo de la visita nos encontramos con un panel cuya función hemos de intuir que es la de separar la entrada y la salida, por desgracia no se nos indica cual es cual, elegimos la derecha por inercia y por los primarios conocimientos museísticos. Entrando en la sala más amplia de la exposición, donde encontramos en primera instancia una televisión que nos introduce en aquello que vamos a ver, con una explicación contextual sobre el mundo Íbero, el problema es que dicha televisión está colocada por problemas de espacio en lugar de tránsito de la entrada, donde se acumulan personas que entran, personas que miran la introducción y además un elemento estrella de la exposición como es la reproducción de la escultura del Guerrero, a escasos 2 metros de la televisión. Más adelante se empieza a estructurar el discurso, y el itinerario, desde la primera sala donde ya hemos tenido acceso a una introducción sobre lo que significa la cultura Íbera y sus yacimientos más importantes, se nos conduce a través de un pasillo estrecho, donde encontramos más reconstrucciones de la vida cotidiana, no apto para realizar una parada a contemplar los objetos allí reproducidos. Entramos en una segunda sala, menor que la anterior, donde podemos observar por un lado la industria textil, alimentaria y metalúrgica y por otro la cultura funeraria, quizás la parte mejor expuesta y explicada, donde en una pared se nos articulan diferentes reproducciones u originales, (no se nos especifica) en vitrinas individualizadas, apoyadas por material didáctico a base de maquetas y paneles, que nos ayudan a comprender el sentido del enterramiento en la época que nos ocupa.

A partir de esta sala, pasamos a la metalurgia, incluyendo los abalorios y las monedas, aquí el recorrido vuelve a complicarse, diferentes recovecos articulan el itinerario del visitante mostrándonos diferentes tipos de objetos en vitrinas sorprendiéndonos con la mezcla, al incluir junto a estos objetos una pequeña explicación sobre el idioma y sus símbolos. Es en este momento cuando tenemos acceso, sin explicación aparente, al lugar  donde se encuentra la Dama de Baza, colocada en un cubículo angosto, que intenta reflejar o recrear el lugar donde fue hallada, pero sin duda se convierte en un espacio incómodo para el visitante, no apto para más de 3 personas al mismo tiempo.  Desde este lugar retrocedemos sobre nuestros pasos y encontraremos la reproducción de la Dama de Elche, enclaustrada en una vitrina con su descripción y explicación correspondiente, rodeada de otros objetos en vitrinas contiguas, que continúan con el mensaje expositivo de los ajuares, funerarios o no, que acompañan a este tipo de imágenes. Aquí concluye la visita, pero todavía nos quedará un largo camino de vuelta hasta la salida, volviendo a pasar por el estrecho pasillo que nos conducirá a la sala principal y a la salida.

Escultura del guerrero
El caso de la iluminación requiere un párrafo a parte. Quizás lo más llamativo de la exposición, debido a la falta de la misma. Debemos tener en cuenta que la exposición se ha articulado mediante reproducciones de originales en su mayoría, sin embargo la iluminación reinante durante toda la exposición desde luego no supera los límites óptimos de la conservación preventiva, pero sin duda, dejan al espectador, inmerso en una penumbra donde los objetos en algunos casos son imposibles de observar. Claro ejemplo de mala iluminación es la reproducción del guerrero, donde la luz es tan pobre que nos es imposible apreciar detalle alguno del rostro. Las vitrinas en su mayoría están mal iluminadas, carecen de iluminación interna por lo tanto el interior suele ser un espacio oscuro, donde habremos de tocar el cristal de la vitrina con la nariz si queremos apreciar algo. 

Vista de una vitrina
Quizás el elemento mejor iluminado de la exposición (dejando a un lado los dioramas y maquetas) sea la Dama de Elche, iluminada mediante una luz de detalle que realza los relieves, muy práctico para apreciar los detalles de la joyería que posee la reproducción, además de una luz de apoyo para poder leer el texto que apoya dicha reproducción.
Los paneles, en algunos casos están mal iluminados, son monótonos y la falta de luz ambiente suficiente dificulta la lectura (es difícil mantener la concentración necesaria para leerlos todos al completo). 

Detalle panel informativo
En cuanto a las dimensiones de la exposición, son reducidas, pero ese no es el problema, las dificultades llegan por la falta de control de acceso del público, donde al tratarse de una exposición gratuita la afluencia de público desborda la capacidad de la instalación, y aunque no llega al extremo de ser agobiante, si dificulta el disfrute durante la visita.

En conclusión, la exposición resulta a priori llamativa e interesante, apta para un público en busca de contenido divulgativo, y además con un discurso muy interesante. El resultado sin embargo es insatisfactorio, a veces frustrante, debido a la mala planificación expositiva, con unos criterios basados en la acumulación, la economía del espacio y centrados en una visita rápida y "que el contador de visitantes no se detenga".